Entrevista a la Sociedad de Fantasía Flamenca
– ¿Desde cuándo existís como Sociedad Tolkien? ¿Cómo fueron los comienzos? ¿Fue especialmente duro o bastante fácil?
La asociación se fundó en 1999. En aquel momento, era exclusivamente una Sociedad Tolkien, conformada por un grupo de socios fieles, que solíamos reunirnos para todo tipo de actividades diferentes, lo que hacía que Elanor fuera tan especial.
Peter Jackson ya había hecho gran parte del trabajo duro con las películas, así que fue muy fácil atraer a la gente; sobre todo querían entrar personas jóvenes.
Por entonces, ya teníamos un grupo muy activo de espadachines; los trajes eran exclusivos y se hacían a mano.
– ¿Cuántos miembros sois en estos momentos?
Bastantes menos que al principio. Muchos de los primeros socios se casaron, han tenido niños y ya no tienen tiempo para este hobby. Ahora seremos unos 50 miembros, pero no todos participan asiduamente en las actividades.
También tenemos una comunidad muy activa en Facebook, con muchos más participantes; y un canal de Youtube: “Palantir TV”, donde comentamos nuestras actividades
– En España estamos divididos en “Smials”, grupos de miembros que viven en la misma ciudad o alrededores y que se reúnen para conocerse los unos a los otros para discutir sobre las obras de Tolkien. ¿Tenéis un modelo similar?
Bélgica es un país pequeño y nuestra Sociedad solo tiene socios en la región de Flandes (donde se habla neerlandés). No existe un modelo similar al vuestro. No hay subdivisiones por región, pero intentamos organizar actividades en diferentes ciudades para que no siempre sean las mismas personas las que tengan que desplazarse.
Sí existen algunos subgrupos para actividades específicas, como los que quieren aprender a manejar la espada, o “De Barden” (“Los bardos”), donde se reúnen miembros interesados en narrativa.
– ¿Organizáis actividades? Si lo hacéis, ¿son habitualmente exclusivas para miembros o para cualquiera que esté interesado en participar?
Pues de hecho sí. Si Tolkien hubiera querido dejar un mensaje a este mundo tan poco imaginativo que tenemos, habría sido que no siguiéramos los pasos de Nokes en El herrero de Wootton Mayor.
¡En Elanor cualquiera puede entrar en Fantasía con una estrella en la frente!
Al ofrecer actividades para todo el mundo, cualquiera puede participar, narrar historias, debatir y hablar sobre relatos de autores como Robin Hobb o Terry Goodkind.
La mayoría de las actividades buscan que la gente se lo pase bien, se relaje y hable libremente sobre nuestro interés común. Cada año se hace posible durante El brindis por el cumpleaños de Tolkien, el 3 de enero, el Día de leer a Tolkien en marzo, un concurso de preguntas a final de mayo o las noches de juegos.
Las tardes Inkling por otro lado, están más orientadas a comentar la obra literaria de Tolkien en profundidad. Las bebidas gratuitas son solo para socios, pero cualquiera que esté interesado es bienvenido.
Algunos años también hemos organizado un evento más especial para socios, como una maratón de películas o la visita al museo Greisinger en Suiza que hicimos en 2018.
Cualquier biblioteca puede ponerse en contacto con nosotros para organizar una exposición conjunta sobre Tolkien y su obra. Por supuesto, el principal objetivo de estas exposiciones es llegar a la mayor cantidad de gente posible.
– ¿Celebráis alguna reunión anual en la que gente de todo el país se reúna?
El día del socio, en agosto, cierra todas nuestras actividades del año. Como una auténtica fiesta hobbit. Hay un montón de comida y bebida, y hacemos barbacoa. También tenemos actuaciones: nuestros bardos interpretan fragmentos de los libros de Tolkien que hemos compuesto nosotros mismos.
– ¿A qué aspectos de la obra de Tolkien dedicáis un mayor esfuerzo de investigación y divulgación?
Si hubiera alguno, serían las lenguas élficas, sobre todo el Quenya. Podéis verlo en nuestra web http://www.elanor.be.
Algunos socios también participan en las Omentielva.
Hemos pensado en crear un grupo donde, como en la primera TCBS, se lean y analicen nuestros propios textos.
– ¿Tenéis canciones o bailes propios? ¿Y publicaciones tipo libros o revistas?
Ni canciones ni bailes, pero en nuestra revista Lothelanor podéis encontrar la lista de actividades que organizamos o en las que hemos participado. Así todos nuestros socios pueden involucrarse en el funcionamiento de nuestra asociación. También recoge análisis tolkinianos que explican determinados aspectos sobre Tolkien o sus trabajos, y reserva un espacio para las historias de fantasía.
¡Lothelanor es una publicación hecha por y para nuestros miembros!
A veces se recogen entrevistas o explicaciones de otros autores o ilustradores, de otras publicaciones o reseñas de libros de autores de ficción, que no son tan conocidos o que merecen especial atención. Pero la mayoría de nuestros artículos están escritos por nuestros propios socios.
– ¿Estáis contentos con las traducciones de las obras de Tolkien a vuestro idioma?
Max Schuchart hizo las traducciones de los principales trabajos de Tolkien, así que son bastante consistentes. Era un profesional excelente y trabajó con J.R.R. Tolkien en la traducción de El señor de los anillos en los años 50, sobre todo en los nombres.
Ha habido muchas quejas sobre estas traducciones; se han hecho algunas revisiones, pero las ediciones de hoy en día siguen siendo las suyas.
En publicaciones más recientes, Renée Vink ha estado más involucrada en la mayoría de las traducciones. No solo es una traductora con experiencia, sino también una gran admiradora de Tolkien con un profundo conocimiento de sus fuentes.
– ¿Y alguna vez la editorial ha tenido en cuenta vuestros comentarios o sugerencias, para futuras ediciones?
No existen las traducciones perfectas, y hemos sugerido algunas correcciones. La editorial nos ha prometido que las tendrá en cuenta, pero de momento no se han incluido.
– ¿Alguna curiosidad sobre las traducciones, que quieras compartir?
En El Hobbit, cuando Gandalf y Bilbo van de camino a casa, se quedan un tiempo en casa de Beorn. Algunas ediciones mencionan que era ‘Joel’ y otras “Kerst” (= Navidades).
El término “Kerst” está completamente fuera de contexto, porque es una referencia clara a nuestra festividad cristiana, y no tiene sentido en la Tierra media.
“Joel” no es tan frecuente en neerlandés, pero hace referencia a la época de mitad de invierno, que tiene más sentido. Quizá se prefirió utilizar “Kerst”, al ser un libro para niños, para que les resultara más familiar.
– ¿Tenéis algún tema espinoso sobre el que siempre acabáis debatiendo? (Por ejemplo, ¿los Balrogs tienen alas?)
¡Jajaja, sí que tenemos!
¿Los dragones con alas tienen cuatro patas, o dos?
Ya no es tema de debate, sino más bien una broma. Nuestro anfitrión en el Museo Greisinger tenía todo un ensayo sobre la representación de Smaug en las películas de El hobbit. Según él, el hecho de que Smaug tuviera solo dos patas era totalmente erróneo, porque en las ilustraciones de Tolkien, Smaug siempre aparecía con cuatro (un argumento muy válido, por supuesto). Desde que estuvimos allí, cada vez que alguien menciona un dragón, cualquiera que sea el contexto, lo primero que salta es “Y, ¿cuántas patas tiene?”
– ¿Tenéis alguna dirección de contacto, para los viajeros Tolkiendili españoles, que quieran conoceros en persona?
¡Complicado! Podéis escribir a info@elanor.be; quizá tengáis suerte.
(Bromas aparte, leemos el buzón, aunque no esperéis una respuesta rápida; puede que pasen algunos días antes de recibir contestación).
También podéis acceder y dejarnos un mensaje en nuestra página de Facebook
https://www.facebook.com/groups/ElanorVZW/
– Y para terminar, cuéntanos cualquier cosa que quieras compartir con nosotros, curiosidades sobre Tolkien y tu país (si las hay), alguna anécdota que recuerdes con especial cariño, etc…
¡Pues la verdad es que sí existe una conexión entre Tolkien y Bélgica! En 1954, recibió un Doctorado honorario de la Universidad de Lieja (una ciudad de Valonia, la parte francófona de Bélgica). Fue nominado por Simonne D’Ardenne, una filóloga francesa especializada en el Medievo, que estudió con Tolkien en Oxford durante los años 30.
Como sociedad, tenemos muy buena relación con Unquendor, la Sociedad Tolkien holandesa. Hace dos años, organizamos nuestro primer festival conjunto, un fin de semana de temática hobbit en el bosque. Nos lo pasamos tan bien, que nos pidieron repetirlo.
Por desgracia, la Covid-19 nos envenenó la asamblea que teníamos planificada en Ypres. Esta ciudad belga quedó destruida durante la I Guerra Mundial, y habría sido el escenario perfecto para la reunión que teníamos programada: “J.R.R. Tolkien y la Primera Guerra Mundial”. Esperamos poder hacerla realidad en un futuro próximo.
www.elanor.be
Traducido por Cristina «Nimloth».
Para leer a entrevista original la puedes descargar ⇒ aquí ⇐.