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La traducción al hebreo de ‘El hobbit’: una curiosa historia

El diario israelí The Jerusalem Post publicaba hace tiempo la asombrosa historia de la primera traducción al hebreo de ‘El hobbit’. De las traducciones existentes, quizá sea la que posee una historia más sorprendente. Os ofrecemos una traducción parcial del artículo, en el que Rami Harpaz, antiguo piloto de aviones fantasma y uno de los protagonistas de la historia, relata sus vivencias.

«Ser tomado prisionero te enfrenta con ciertas situaciones. Puedes autocompadecerte y hundirte en la melancolía, o hacer algo para organizar tu tiempo tan constructivo como las condiciones permitan». Derribado entre Suez y Cairo durante la Guerra de Desgaste, Harpaz eligió la segunda opción en su cautiverio de más de tres años.

Aunque no aparece ningún nombre de traductor en la primera edición en hebreo de ‘El hobbit’, sí se menciona que fue fruto del trabajo de un grupo de prisioneros de guerra en la cárcel de Abaseyar.

Fueron seis pilotos y tripulantes, un oficial del ejército en reserva, un paracaidista y dos soldados, que agradecían tener algo para ocupar sus mentes y ayudar a que pasaran las semanas y meses menos lentamente. Harpaz pasó seis meses en solitario, durante los cuales rellenó las paredes de su celda con anotaciones de química aplicables a la industria plástica, y que más tarde fueron implementadas en la realidad. Cuando lo reunieron con los demás prisioneros, se dedicaron a darse clases entre sí. Uno de los soldados, Yitzhak Pe’er, era de origen estadounidense, y les ayudó con el idioma inglés.

A él fue a quien enviaron ‘El hobbit’ y ‘El señor de los anillos’ a modo de regalo de su familia, a través de un paquete entregado por la Cruz Roja. Todos leyeron esas obras, y les gustaron tanto que decidieron dedicarles su siguiente tarea: traducir al hebreo ‘El hobbit’.
Se dividieron en dos grupos: los que traducían y los que revisaban la traducción. Usaron para escribir la traducción unos cuadernos de ejercicios egipcios de color marrón. No tradujeron ‘El señor de los anillos’ porque decidieron mantener el grupo lo más unido posible, y era una tarea demasiado grande para seis personas.

La mayor parte del trabajo de traducción, que duró unos cuatro meses, se llevó a cabo en el patio de la prisión: «Dos de nosotros nos sentábamos en el suelo, leyendo frase por frase escrita en inglés pero ofreciendo una traducción simultánea palabra por palabra al hebreo, mientras los demás las juntaban con coherencia. Mantuvimos muchas discusiones, incluso a gritos, sobre cómo esto o aquello debería traducirse. Creo que uno de nuestros fallos estrepitosos fue la traducción de las canciones, porque ninguno de nosotros tenía el talento suficiente para hacerles la justicia que merecen. Fue extremadamente difícil traducir las distintas hablas y otras palabras especiales, porque no sólo deseábamos la palabra sino también las características del autor».
Por ejemplo, encontraron mucha dificultad en traducir ‘troll’, o lo que debería ser el plural de ‘hobbit’ y de ‘troll’: «Después de muchas discusiones, finalmente decidimos que no debían ser traducidas como ‘hobbitim’ o ‘trollim’, así que acordamos añadir la partícula hebrea ‘ha’ y convertirlos en ‘HaHobbit’ y ‘HaTroll’.

«Nos divertimos mucho traduciendo ‘El hobbit’… y divertirse en una cárcel egipcia es realmente un logro».