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Crónica de la conferencia sobre Tolkien y Wagner en el Liceu de Barcelona

CONFERENCIA DE SEBASTIÀ ROIG I CASAMITJANA
«TOLKIEN Y WAGNER: ELS SENYORS DELS ANELLS»
Joan Carles Jové «Nirnaeth»

La jornada de puertas abiertas del Liceo celebrada el domingo 18/5 contaba con un cebo para los Tolkiendili del que era difícil resistirse (seguramente también para los Wagnerianos, a los cuales desconozco cordialmente).

El cebo era la conferencia de hora y media programada a las 19h de Sebastià Roig i Casamitjana que llevaba por título «Tolkien i Wagner: Els Senyors dels Anells» La generosidad del Liceo para con la STE, el Smial de Lórien y ElAnilloUnico ofreciéndonos un pack de entradas gratuitas, junto con la posibilidad de asistir, por el mismo precio a continuación, a la proyección de «El Oro del Rin» actuaba como multiplicador del incentivo. No voy a negar que, en contrapartida, mi acercamiento a la conferencia iba colmado de cierta prevención y algo de desconfianza respecto a la posible «creatividad» del conferenciante en la búsqueda de analogías entre ambos autores y sus obras. Sobretodo sabiendo tanto el poco agrado que siempre manifestó Tolkien con respecto a las obras escénicas, como su frase lapidaria en una de sus cartas a Allen&Unwin manifestando que «ambos anillos eran redondos»y que ahí acababa su similiitud, cuando el traductor sueco de ESDLA en el prólogo de la edición sueca, entre otras barbaridades sugería que el «Unico» de Tolkien estaba inspirado en el anillo de los Nibelungos. Lamenté que varios compañeros se cayeran de la lista de asistentes a última hora. En concreto, la ausencia de Dani «Ylmir», a quien le cambiaron el turno de trabajo, imposibilitándole asistir nos dejó algo huérfanos de fuerzas critico constructivas, pues nos había avanzado que nos traería un libro sobre
«Wagner y Tolkien». Yo en mi caso iba equipado con mi Kobo y con centenares de Klobytes de munición, entre las que no podían faltar las «Cartas» y la Biografía de Carpenter. Afortunadamente nada de eso hizo falta, pues el conferenciante demostró haber consultado ambas obras (y otras más) y su conferencia no resultó improvisada ni construida sobre media hora de búsqueda en la wikipedia. Es evidente que mostró paralelismos, también divergencias diametralmente opuestas de carácter vida de ambos autores y de aspectos de sus obras, pero las conclusiones iban más en la línea de que ambos bebieron de fuentes de influencia comunes, alejándose de la tentación de ni siquiera formular insinuación alguna de que Tolkien se hubiera dejado influenciar por Wagner, más allá de afirmar que C.S.Lewis era un wagneriano confeso. Se citó «el rojo» de Andrew Lang, se citó el aprendizaje del finés del profesor para leer en versión original el «Kalevala» , no podía faltar la mención a la saga Völsunga, a las Eddur ni a la publicación póstuma de «La Leyenda de Sigurd y Gúdrun». Aprendí varias cosas de Wagner, como que estudió filología – confieso ser un ignorante sobre el tema, y que mi primera ópera completa wagneriana iba a ser «El Oro del Rin» que se proyectó a continuación – y disfruté relajadamente de la hora y media de la conferencia. ¿Qué si hubo incorrecciones? ¡Claro! Varias que yo detectara, como los nueve anillos subordinados al único –que más tarde corrigió para regocijo élfico y oprobio enano, acordándose que con la destrucción de El Único los tres anillos élficos perdieron su poder–, o la de situar a Barad-dûr en un promontorio. Los errores fueron ampliamente superados por la proliferación de aciertos, buena documentación y preparación, correcta dicción, amenidad y puesta en escena, y sobre todo, ausencia de Romanticismo exacerbado que calentara una imaginación febril en recrear parentescos que nunca existieron.