Una fría noche de febrero del siglo pasado, hace ya 31 años, y de la cual no hay testimonio gráfico, tuvo lugar una reunión en una acogedora cafetería, que marcaría el inicio de un camino largo y fructuoso. Quizás la palabra que mejor define lo sucedido sea “inesperado”. Un ansia juvenil, mezclada con grandes dosis de inconsciencia, fue el germen para que se planteara la creación de una asociación a nivel nacional que se dedicaría al estudio de la vida y obra de Tolkien. Lo nunca visto en España, una nación de reinos de taifas, pero que, a imitación de lo que sucedía en otros países, comenzó a tener una “Sociedad Tolkien”. Las circunstancias de la época, no obstante, hicieron imprescindible organizar delegaciones locales y, ¿qué mejor que predicar con el ejemplo? El mismo grupo organizador se convirtió en el primer Smial. El nombre de Mithlond fue unánimemente aceptado, con las playas de arena gris que abundan en la provincia de Alicante.
Ahora cuando un nuevo socio, seguramente nacido ya en el siglo XXI, entre a formar parte de la STE, incluso dentro del Smial de Mithlond, es importante que se preocupe de disfrutar y de mantener vivo lo que se ha logrado y ayude a que nuestra asociación siga evolucionando. Probablemente lo mejor sea que aquellos tiempos pasen a ser vagos recuerdos de las épocas que tuvieron lugar antes de las Edades del Sol y quizás fuera premonitorio que aquella cafetería se llamara precisamente “La puerta del Sol”.
Fundador de la Sociedad Tolkien Española